VIERNES, 16 DE MAYO DE 2014
Al deteriorarse una obra se nos plantean la necesidad o no de su reposición. ¿Qué hacemos en ese momento? ¿Cuál es la mejor manera de actuar, de seleccionar o de descartar?
Ciencias exactas, físicas y naturales: podemos reemplazar las obras que no tienen rango de clásicos y que investigaciones posteriores han demostrado que el tratamiento de los temas están por lo menos desactualizados.
Bellas artes: se debe tratar de reponer lo perdido dando de baja lo menos posible.
Ciencias sociales: se impone a menudo una revisión completa por lo tanto, la necesidad de la reposición puede ser una oportunidad para actualizar el tratamiento de los temas.
Filosofía y teología: por lo general, las obras no pierden vigencia por lo tanto la reposición debe ser libro por libro.
Literatura y lengua: las gramáticas pueden haber sido superadas por lo tanto la reposición puede ser una oportunidad de actualización.
Prosa y novela: le caben los principios de la vigencia permanente de los clásicos y la necesidad de responder a modas puntuales.
Poesía: al representar esta una forma muy bella de expresión su contenido era un valor permanente no sujeto a modas por lo tanto la reposición deberías ser sistemática.
Historia y geografía: podríamos no reponer lo no escrito por autoridades en la materia. En el caso de obras con mapas, láminas y cuadros gráficos los medios audiovisuales son cada vez más perfectos por lo tanto, si bien debemos tratar de conservar al máximo, si la obra es irrecuperable, podemos aprovechar y actualizarla.
En este posteo nos referimos, más que nada, a la reposición del libro físico en sí. En la actualidad, y con el avances de las nuevas tecnologías y lasherramientas informáticas vigentes, se podría plantear el tema del reemplazo de los libros en papel por otras publicaciones digitales... Pero este es un tema para hablar y debatir mucho... Mejor lo dejamos para un nuevo posteo!
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